Las fresas son deliciosas y coloridas, le dan un toque distintivo y pintoresco a nuestros jardines o huertos. Pero la mayoría de las personas y aficionados a la jardinería aseguran que son frutas difíciles de cosechar o cultivar. Y aunque parece casi imposible tenerlas en casa, nosotros queremos compartirte un truco muy fácil para que obtengas tu propio cultivo. Así que toma nota.

Las fresas son frutas ricas en vitaminas del grupo B, ácido pantoténico o el ácido fólico, además de potasio, magnesio, hierro, fósforo, yodo y calcio. Que sirven como antioxidantes naturales y desinflamatorios.

Se dice que ayudan a regular los procesos digestivos y a reducir la sensación de hambre. Como también a controlar el colesterol y glucosa en la sangre, por lo que, se han vuelto una gran opción para las personas que intentan bajar de peso.

Aunque parece difícil cultivar fresas en casa, hay una forma que resulta bastante exitosa, así que aquí te la compartimos. Lo único que vas a necesitar es: una fresa madura, una maceta de 20 centímetros de profanidad y tierra suelta.

Comienza por cortar con un cuchillo laminas de la piel de la fresa, ten cuidado de no llevarte las semillas, luego colocas sobre la maceta con tierra, posteriormente esparce un puño de tierra o sustrato sobre ellas, pero sin ahogarlas, debe ser una capa muy ligera.

Después con ayuda de un atomizador, humedece la tierra, no las inundes, debe ser únicamente para mantener húmedo el terreno en el que crecerán las fresas. La planta de la fresa debe recibir la luz del Sol entre 4 o 5 horas diarias, pero no la sobreexpongas ni la pongas a los rayos directos en un horarios de 11 de la mañana a 5 de la tarde, ya que se podría quemar.

Finalmente, tras haber pasado 15 o 20 días podrás ver los primeros brotes de las fresas y alrededor de un mes después tendrás que trasplantar tu planta a un terreno más grande o maceta en la que pueda desarrollarse adecuadamente.

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