Diariamente, al comer, no hay conocimiento claro de los contenidos nutricionales, calorías, cantidades de sodio o azúcar. Así como se es exigente cuando se compra ropa, un carro, una casa, es de sentido común usar esa misma exigencia con la alimentación.

Comer alimentos sanos es esencial para el cerebro y la mente. Una dieta saludable ayuda a proteger el organismo de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles.

Según el Ministerio de Salud de Colombia una “alimentación saludable es aquella que proporciona los nutrientes que el cuerpo necesita para mantener el buen funcionamiento del organismo, conservar o restablecer la salud, minimizar el riesgo de enfermedades, garantizar la reproducción, gestación, lactancia, desarrollo y crecimiento adecuado”.

Por lo anterior, actualmente una de las principales metas de las políticas de salud pública en el mundo es combatir la prevalencia de enfermedades relacionadas con la alimentación pues las personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales.

No todos los alimentos proporcionan al cuerpo los nutrientes que necesita. Por ejemplo, el arroz integral es un cereal que se caracteriza por contener una gran cantidad de antioxidantes, fitoesteroles y otras vitaminas y minerales que previenen enfermedades en el organismo.

La diferencia entre el arroz blanco y el integral radica en que el integral no ha pasado por ningún proceso de refinamiento. Por esta razón, tiene un color más oscuro, pues mantiene la capa de salvado del grano original; por esta característica es un arroz más duro y tarda un poco más de tiempo en cocinarse.

Así mismo, según el portal especializado Tua Saúde, del arroz integral se destacan dos propiedades:

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en muchas regiones del mundo, el arroz es el componente más importante del régimen alimentario humano.

Es importante entender que la fibra es fundamental para la función intestinal y metabólica, y por esta razón se incluye el arroz integral en la mayoría de las dietas que se usan en el proceso para perder peso; además, su valor calórico pasa a un segundo plano, pues este brinda una prolongada sensación de saciedad luego de consumirse.

El medio especializado Salud180 indicó la forma correcta de prepararlo para no engordar requiere de los siguientes pasos:

1. Antes de cocinar, remojar el arroz en agua fría por 10 diez minutos, esto ayudará a disminuir el exceso de almidón y disminuirá el tiempo de cocción.

2. Hervir o cocer el arroz al vapor. También es posible fritarlo en aceite de coco.

3. Para darle sabor, en vez de sal, se puede añadir caldo de pollo y hierbas de olor.

4. Consumir de dos a tres veces por semana.

De acuerdo con Onsalud, este tipo de arroz ayuda a mantener la microbiota sana, que son “las bacterias que posees en el intestino y que te ayudan en diferentes tareas como la digestión o la producción de vitaminas”, explican.

Además, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos recalca que el arroz, al ser una buena fuente de fibra, actúa de manera protectora contra el cáncer de colon. El aval médico indica que contribuye al tránsito intestinal con el aumento de materia fecal, lo cual absorbe las sustancias que podría ser cancerígenas.

De igual forma Tua Saúde dice que el agua de arroz combate la afección gastrointestinal porque “ejerce un efecto aglutinante en el sistema digestivo y reduce los movimientos intestinales”. Como resultado, forma heces más voluminosas y firmes para ser evacuadas.

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