Salvo excepciones y alergias, el chocolate es un manjar que triunfa entre la mayoría. Su sabor, su textura, su aroma, su color, sus propiedades saludables para nuestro organismo... da igual en el aspecto en el que nos fijemos, que todos hacen que la boca se nos haga agua al pensar en los muchos postres que podemos preparar y disfrutar que lo contengan. Desde la crema con avellanas que saltó a la popularidad de la mano de Tik Tok a una fondue de frutas, las posibilidades son tantas como personas lo cocinan, aunque si hubiese que apostar por una preparación de la que nunca nos agotemos esa es la clásica tableta.

Para tomarla en onzas junto con el café de después de comer, rallarla sobre un yogur o, el día que queremos un capricho, meterla entre pan para disfrutar de un bocadillo con sabor a infancia. Esta fórmula es, quizá, la más cómoda de disfrutar del chocolate y, aunque no nos lo hayamos planteado nunca, también podemos hacerlo vía homemade. Eso sí, antes de ponerte manos a la obra, debes tener en cuenta que el recipiente que usemos es clave para un buen resultado: ¿qué opinas de este pack de silicona? Es compatible con horno, microondas, congelador y lavavajillas, fácil de desmoldar sin que se rompa o agriete y muy barato, por menos de 13 euros puede ser tuyo.

Como punto de partida, la opción de preparar este dulce en casa ya nos permite conseguir una tableta más saludable, con menos dosis de grasas saturadas y de azúcares. Pero podemos hacerla aún más healthy si apostamos por los ingredientes adecuados como cacao puro y edulcorantes naturales, como la miel. Con ello, tendremos a nuestra disposición un chocolate más sano con el que podremos disfrutar sin remordimientos. Pero, ¿cómo lo preparamos?

110 gramos de manteca de cacao

70 gramos de cacao en polvo

Media taza de miel u otros endulzantes naturales

Un puñado de semillas de calabaza, almendras u otros frutos secos

Media cucharadita de vainilla en polvo o una entera de extracto de vainilla

Sal en escamas o del Himalaya

Preparamos una cazuela con un cuarto de agua y la ponemos al fuego. Cuando esté caliente, se introduce en un bol para el baño maría la manteca.

Cuando se haya fundido, añadimos el cacao en polvo, el endulzante escogido, la sal y la vainilla. Entonces batimos con unas varillas hasta que consigamos una mezcla homogénea en la que se hayan integrado todos los ingredientes. Dejamos enfriar (hasta unos 35 grados).

Después, rellenamos el molde y añadimos las semillas de calabaza o los frutos secos que hayamos escogido. Dejamos a temperatura ambienta hasta que se solidifique.

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