viernes, 26 de agosto de 2022 - 4:30 p.m.

Por María C. Moreno Villarreal

Abrir la puerta de Tía Dora es entrar a una amalgama de aromas que cuentan una historia con perfume de azafrán, canela, clavo, cúrcuma, perejil, curry y comino, que invitan a un viaje de sabores, colores y texturas.

Tía Dora, en Ocean Park, es la más reciente aventura culinaria del chef Raúl Correa y surge de un viaje que hiciera prepandemia al Oriente Medio.

“Tuve la oportunidad de ir a Israel en un viaje cultural y gastronómico. Regresé fascinado con la experiencia. Pasé un mes por allá y descubrí tantos sabores que decidí que sería excelente crear un concepto que reuniera todo lo que aprendí para ofrecerle al público un lugar de comida saludable, con diversas alternativas para vegetarianos y veganos utilizando ingredientes locales”, comenta Correa.

María Guadalupe y el chef Juan Lebrón son sus cómplices en Tía Dora, nombre que surge de la imaginación de Correa y que se remonta a sus primeros pasos con su pizzería Dorotea.

“Abrimos hace un par de meses. Muchas veces todo el proceso de montar un negocio va tan rápido que no tienes tiempo de disfrutar los detalles. Por eso esta vez decidimos cogerlo con más calma para celebrar la experiencia”.

Y eso de la calma es relativo porque Raúl tiene su cabeza y manos llena de proyectos. De la mano de Juan Lebrón seguirá desarrollando otros locales en el área de Ocean Park. Además, viene con un concepto para revivir los famosos pollos, entre otras empresas.

Tía Dora es muy sencillo, acogedor y desenfadado. La cocina y el jaleo en ella es lo que recibe a los comensales. Una escalera que conduce a un segundo nivel nos lleva a los salones. Ladrillos en las paredes, mesas altas con taburetes, lámparas de mimbre, todo con toques suaves en color rosa, crema y turquesa.

“Casi todos los restaurantes de este tipo de comida son oscuros y masculinos. Quería que Tía Dora fuera diferente por eso ves que tiene un toque más fresco y femenino. Además, por la localización (Ocean Park), quería que tuviera ese aire más informal y playero”.

La carta de Tía Dora es amplia y tiene para todos los gustos. Sus platos son ideales para compartir y disfrutar en grupo.

Falafel, hummus, baba ganoush, labneh son algunos de los platos tradicionales de la comida del Oriente Medio que encontrarás en el menú. Ahora bien, Correa y Lebrón se han ocupado exitosamente de impartirles a sus platos toques muy íntimos.

“Todo lo que usamos es fresco. Aprovechamos para comprar y consumir todo lo que podemos de la producción local, como los quesos, las hierbas, los vegetales, todo es del país. Todo lo hacemos aquí. Los garbanzos son ablandados aquí, las especias las mezclamos nosotros, el pan nos los hornean para nosotros diariamente, el cordero lo molemos nosotros. Es la mejor manera de mantener y asegurarnos de que todo lo que servimos está al nivel que queremos y al que tenemos acostumbrado a nuestro público”.

Hay varias cosas que deseamos resaltar y que les sugerimos a nuestros clientes que las prueben: las alitas de coliflor, Tahdig -arroz persa con azafrán, yogur y frutos secos-, el salmón con curry y coco y el melón fermentado con queso feta y pistachos.

Para los amantes de las carnes están los kebab y otras alternativas sabrosas.

Para acompañar los platos puedes optar por algunos de los vinos o cervezas. Si quieres algo más original tienen varias bebidas típicas de la región como la leche de cúrcuma, té de menta o las gazoz que son gaseosas con siropes de frutas fermentadas.

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